lunes, 16 de junio de 2014

En México ¿qué sucede mientras vemos el mundial?

-Pues que 800 mil trabajadores buscan una nueva fuente de empleo; que se desploma el poder adquisitivo y la producción de maíz

Durango, Dgo. (EL CONTRALOR).- Los apasionados del futbol estaban más que emocionados por el triunfo de la selección mexicana el pasado viernes 13 ante su similar de Camerún. “Y eso que jugamos contra 13 personas: 11 de los africanos y los dos árbitros de Colombia que nos anularon dos goles”. Y así, con expresiones envalentonadas millones de mexicanos esperan este martes una nueva hazaña de los seleccionados mexicanos ante Brasil.
De ganar o empatarles, los mexicanos estaríamos casi en la siguiente ronda y así hasta llegar al tan deseado quinto partido.


El pasado viernes 13 la economía nacional se semiparalizó. A las 11 de la mañana el tráfico en el centro de la capital de Durango se redujo significativamente. La mayoría de adultos, jóvenes y niños estaban concentrados en las pantallas de TV que transmitían tensión, emociones, corajes, mentadas de madre, desesperación y hasta ganas de llorar cuando un cepillazo de Oribe Peralta, finalmente venció a los árbitros colombianos y a Camerún.
Y tales variables emocionales, cruzaron los sentimientos de todos, o casi todos, incluyendo a la clase política del País.
-- Luego de una reunión con su gabinete en pleno, el Presidente Enrique Peña Nieto y sus funcionarios más cercanos se trasladaron a una de sus oficinas para presenciar a través de una pantalla grande, el encuentro México - Camerún.
-- Por su parte, el Secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong mandó traer barbacoa, de su natal Hidalgo, y con su equipo de trabajo, también disfrutaron el encuentro.
-- El Jefe de Gobierno del Distrito Federal, Miguel Ángel Mancera, apoya a la selección mexicana desde el Antiguo Palacio del Ayuntamiento.
El Mandatario Capitalino, acompañado de su gabinete, observa el partido que disputan México y Camerún en Brasil, a través de una pantalla instalada en las oficinas gubernamentales locales.
-- Lo mismo pasó con las bancadas del PRI, PAN y las izquierdas, aunque éstas lo hicieron en forma más discreta. Pero todos, todos hicieron el espacio para meterse el supramundo del futbol.
Y en el marco de esta euforia futbolera que se extenderá hasta los próximos 26 días, el viernes pasado apareció la reflexión, siempre oportuna, del columnista Martín Moreno titulada: “Enero-marzo: 800 mil perdieron su empleo”.
“Sigamos viendo el futbol (reclama el columnista de Excélsior): durante los tres primeros meses del año, alrededor de 800 mil mexicanos perdieron su trabajo (fuente: CEESP). Es decir, mensualmente, de enero a marzo, han desaparecido 270 mil plazas. Entre 65 mil  y 70 mil a la semana. Nueve mil diarias, promedio. Es la tragedia laboral del País”.
Pero va más al fondo, Martín Moreno.
De acuerdo con el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado —una fuente de información permanente y confiable—, los 800 mil empleos perdidos pertenecen al rango de ingresos superiores a los tres salarios mínimos.
Y la otra cara de la moneda también desalienta: la generación de nuevas fuentes laborales se observó en la franja de ingresos inferiores a esos tres sueldos mínimos (60 pesos diarios en promedio, dependiendo de la zona económica).

Después de perder a un hijo, nada más doloroso que perder el empleo. Los padres de familia y mujeres que sostienen el hogar se abaten y se desvaloran, con los bolsillos semivacíos y la alacena con unos cuantos productos. Es el rostro doloroso y dramático de la economía: comer menos por falta de dinero. Lo que para las empresas son “variables de ajuste”, para los ciudadanos es quedarse sin empleo. Lo que para el gobierno son “estadísticas macroeconómicas”, para el desempleado es angustia.
Ese es otro —sí, otro más acumulado— de los pendientes del gobierno peñista: la falta de empleos. Habrá que sacar cuentas si había 2.5 millones de desempleados. Con estas 800 mil plazas perdidas, da pavor sumar los números de la desesperanza.
La cantaleta oficialista ya nos la sabemos: las reformas permitirán la creación de empleos. De acuerdo. Pero algo se les olvida en las oficinas gubernamentales: los mexicanos desempleados no pueden esperar a que las mentadas reformas comiencen a dar frutos. El trabajo se necesita para hoy. El estómago no tiene paciencia.
“No estoy pensando en una visión cortoplacista porque eso limitaría verdaderamente mucho lo actual. No estoy pensando siquiera en la siguiente elección o en la rentabilidad política que de esto puede haber”, dijo Peña Nieto al referirse a los resultados de la Reforma Energética en la entrevista concedida al diario El País. Es decir: hasta 2018.
Pero los desempleados requieren empleos ya, de manera urgente. Sí: al cortoplacismo. ¡Para hoy!
Resulta indudable que las nuevas reglas fiscales castigaron a las empresas, frenaron la productividad y desalentaron a la inversión. ¿Las consecuencias? Los despidos de trabajadores.
Hoy somos menos competitivos.
Sigamos viendo el mundial.
México salió del top-ten de los países que reciben mayor inversión extranjera directa (IED), al descender  del lugar nueve al 12 en el ranking de la firma global de consultoría de negocios AT Kearney, al perder posición frente a Francia, que cayó del 12 al 10. Nos desplazaron los franceses.
Sigamos viendo el futbol.
Los focos amarillos en la economía mexicana se prenden por todos lados.
A finales de mayo, el Presidente del INEGI, Eduardo Sojo —Secretario de Economía con Vicente Fox— aseguró que, aunque la economía nacional no está en recesión, sí se encuentra en estancamiento. “Ése puede ser un adjetivo adecuado”, dijo Sojo. ¡Que se lo digan a los desempleados!
Banxico redujo, de manera inesperada, medio punto porcentual —a 3%— las tasas de interés bancarias, esperando que el abaratamiento del crédito incentive la demanda de financiamiento para la inversión.
Al respecto, Alfredo Coutiño, Director para América Latina de la consultora Moody’s  Analytics, aseguró que detrás del sorpresivo ajuste de la tasa, hay dos razones: una anemia económica más profunda, y mayor desajuste en las cuentas fiscales.
“La política monetaria no ha logrado revivir a la economía por la sencilla razón de que el padecimiento es crónico-estructural y no coyuntural”, aseguró Coutiño. Es decir: el asunto va mucho más allá de una simple ventisca financiera. El problema es de fondo.
Y desde Londres llegan más malas noticias.
La prestigiada revista The Economist reporta que, en lo que va de 2014, México cayó tres lugares en el índice Global de Seguridad Alimentaria, realizado por el semanario y la empresa Du Pont (el índice mide y analiza los avances de 109 países en este rubro).
Es decir: menor autosuficiencia de alimentos en el País.
800 mil empleos perdidos durante enero, febrero y marzo. Menor inversión extranjera directa. Economía estancada. Alimentación a la baja.
¡Sigamos viendo el futbol, qué caray!
El lunes 9 de junio, Carlos Miranda de La Jornada, profundizaría lo reflexionado por Martín Moreno.
Miranda recuperaría que de enero de 2007 a marzo de este año se perdieron casi 3 millones de empleos que tenían ingresos superiores a tres salarios mínimos. En cambio, se generaron casi 5 millones de plazas con percepciones inferiores a ese nivel, lo cual resulta alarmante porque la precarización del trabajo incide negativamente en la capacidad adquisitiva de la población y este ha sido el principal factor por el cual el consumo no se consolida como fuente de crecimiento económico, señala un análisis del Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (Ceesp).
De acuerdo con el estudio, fundamentado en cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en los pasados 7 años el número de mexicanos que ganaban de tres a cinco salarios mínimos (es decir, alrededor de 6 mil 500 y 10 mil pesos al mes, si el cálculo se efectúa con base en el salario mínimo general vigente a 2014, que es de 67.29 pesos diarios) disminuyó un millón 144 mil 338.
A su vez, la cifra de quienes percibían más de cinco salarios mínimos (ingreso superior a 10 mil 93.5 pesos al mes, tomando de referencia el sueldo mínimo actual) cayó en un millón 793 mil 142.
La suma de ambos números da un total de 2 millones 937 mil 480 mexicanos que dejaron de tener dicho índice de ingresos.
En cambio, de 2007 al primer trimestre de este año la cifra de personas que recibían hasta un salario mínimo creció en 602 mil 531 personas; quienes ganan más de uno y hasta dos mínimos se incrementó en 2 millones 149 mil 890 personas, y quienes perciben más de dos y hasta tres salarios mínimos subió un millón 522 mil 324. En total, los mexicanos con ingresos menores a 3 minisalarios se elevó 4 millones 921 mil 465.
La precarización del empleo en México, que se acentuó durante la crisis económica internacional de 2008-2009, resulta preocupante, pues el consumo privado no podrá aumentar de manera sostenida e impulsar el producto interno bruto real mientras los ingresos de la población mayoritaria no aumenten de manera sostenida en términos reales, indica un reporte del Observatorio Económico de México, de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
Agrega que entre el primer trimestre de este año y el mismo periodo del año pasado los ingresos de la población ocupada mostraron una contracción real de 2 por ciento.
Esta tendencia advierte que el mercado interno vive un proceso de estancamiento, puntualiza el análisis del observatorio.
El estudio del Ceesp subraya que sólo en los tres primeros meses de este año se perdieron más de 800 mil empleos con ingresos superiores a tres salarios mínimos, mientras la generación de empleo se dio en niveles de ingresos inferiores.
La posibilidad de que el poder adquisitivo se recupere es poca en tanto exista un amplio porcentaje de la población que se contrate con ingresos cada vez más bajos, toda vez que ello presiona los salarios a la baja.
Los resultados trimestrales de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo del Inegi durante el periodo enero-marzo de 2014 señalan que en el País hay 49.3 millones de personas ocupadas, de las cuales 58.1 por ciento (28.6 millones de personas) se encontraban en el sector informal, es decir, sin prestaciones de ley ni seguridad social.
¡Pero sigamos viendo el futbol!
Un dato más:
La tonelada de maíz se encareció 8.29 por ciento o 325 pesos al comenzar junio respecto del precio que registró el último día de marzo, indican cifras de la Agencia de Servicios a la Comercialización y Desarrollo de Mercados Agropecuarios (Aserca), mientras que Inegi da a conocer también que las compras al exterior de este grano básico, crecieron 60.9%. Esto es, no sólo se pierden empleos o disminuye el poder adquisitivo, mientras vemos el mundial, sino también baja la producción del maíz y ya consumimos más del 60 por ciento de los excedentes de otras naciones.
Durante el último año el principal grano básico del País, en su presentación de maíz cribado, envasado y puesto en molino en la ciudad de México, mantuvo un precio estable. Incluso después de llegar a un máximo de 4 mil 490 pesos en octubre, desde ese mes inició una marcada tendencia a la baja, hasta llegar al mínimo de 3 mil 920 pesos por tonelada el 31 de marzo de este año.
A partir de ahí, según los números y gráficas de Aserca, comenzó a subir. Para el 2 de junio la tonelada se vendió en promedio en 4 mil 245 pesos, precio similar al reportado en el mismo mes de 2013. En abril subió a 3 mil 973 pesos, y en mayo rebasó los 4 mil. Concluyó con un precio promedio de 4 mil 182.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), el maíz registró una inflación de 2 por ciento de diciembre del año pasado a abril de 2014 (último mes contabilizado hasta el momento), lo cual implica que se ha encarecido mensualmente a un ritmo de medio punto porcentual (0.50) este año.
En tanto, las importaciones del grano se dispararon 60.9 por ciento durante el primer trimestre de 2014 en comparación con igual periodo de 2013, según cifras del Inegi.
En total, México pagó 585 millones 429 mil dólares por maíz importado entre enero y marzo pasados, en contraste con los 363 millones 837 mil dólares que desembolsó en igual trimestre de 2013.
Tradicionalmente el maíz ha sido el grano básico que concentra la mayor parte del monto de las importaciones de cereales, pero en el periodo mencionado también creció su proporción, ya que de representar 32 por ciento del total de cereales externos subió a 58 por ciento.
En contraste, durante marzo la producción nacional de la cosecha Otoño-Invierno cayó 10.4 por ciento en términos anuales, pues se obtuvieron 165 mil 930 toneladas, cuando en igual mes del año pasado fueron 185 mil 292 toneladas.

Los incrementos recientes en el precio y las importaciones del maíz, así como la caída en la producción, no se han reflejado en la tortilla. El Inegi señala que de diciembre a abril se abarató 0.2 por ciento, y en términos anuales hasta 0.56.
El precio promedio a escala nacional de ese alimento se ubicó en 9.89 pesos en supermercados y 12.40 pesos en tortillerías, pero en estas últimas se comercializa a precios máximos que superan 17 pesos en Mexicali, 16 pesos Chetumal y más de 15 en Cancún, Poza Rica y ciudades de Sonora. Aun así, se trata de precios que desde el año pasado se han mantenido prácticamente igual en los monitoreos del Sistema Nacional de Información e Integración de Mercados y de la Procuraduría Federal del Consumidor.
No obstante, en meses recientes la harina de maíz de Maseca y Minsa subió entre 5 y 6 por ciento, lo cual equivale a 50 o 60 centavos más por kilo. En abril se vendían a 11.40 y 11.77 pesos, pero ahora los precios promedio son de 12.8 y 12.32 pesos, pero hay lugares donde se venden en 16 pesos.

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