-Pues que 800 mil
trabajadores buscan una nueva fuente de empleo; que se desploma el poder
adquisitivo y la producción de maíz
Durango, Dgo. (EL CONTRALOR).-
Los apasionados del futbol estaban más que emocionados por el triunfo de la
selección mexicana el pasado viernes 13 ante su similar de Camerún. “Y eso que
jugamos contra 13 personas: 11 de los africanos y los dos árbitros de Colombia
que nos anularon dos goles”. Y así, con expresiones envalentonadas millones de
mexicanos esperan este martes una nueva hazaña de los seleccionados mexicanos
ante Brasil.
De
ganar o empatarles, los mexicanos estaríamos casi en la siguiente ronda y así
hasta llegar al tan deseado quinto partido.
El
pasado viernes 13 la economía nacional se semiparalizó. A las 11 de la mañana
el tráfico en el centro de la capital de Durango se redujo significativamente.
La mayoría de adultos, jóvenes y niños estaban concentrados en las pantallas de
TV que transmitían tensión, emociones, corajes, mentadas de madre,
desesperación y hasta ganas de llorar cuando un cepillazo de Oribe Peralta,
finalmente venció a los árbitros colombianos y a Camerún.
Y
tales variables emocionales, cruzaron los sentimientos de todos, o casi todos,
incluyendo a la clase política del País.
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Luego de una reunión con su gabinete en pleno, el Presidente Enrique Peña Nieto
y sus funcionarios más cercanos se trasladaron a una de sus oficinas para
presenciar a través de una pantalla grande, el encuentro México - Camerún.
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Por su parte, el Secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong mandó
traer barbacoa, de su natal Hidalgo, y con su equipo de trabajo, también
disfrutaron el encuentro.
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El Jefe de Gobierno del Distrito Federal, Miguel Ángel Mancera, apoya a la selección
mexicana desde el Antiguo Palacio del Ayuntamiento.
El
Mandatario Capitalino, acompañado de su gabinete, observa el partido que
disputan México y Camerún en Brasil, a través de una pantalla instalada en las
oficinas gubernamentales locales.
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Lo mismo pasó con las bancadas del PRI, PAN y las izquierdas, aunque éstas lo
hicieron en forma más discreta. Pero todos, todos hicieron el espacio para
meterse el supramundo del futbol.
Y
en el marco de esta euforia futbolera que se extenderá hasta los próximos 26
días, el viernes pasado apareció la reflexión, siempre oportuna, del columnista
Martín Moreno titulada: “Enero-marzo: 800 mil perdieron su empleo”.
“Sigamos viendo el futbol
(reclama el columnista de Excélsior): durante los tres primeros meses del año,
alrededor de 800 mil mexicanos perdieron su trabajo (fuente: CEESP). Es decir,
mensualmente, de enero a marzo, han desaparecido 270 mil plazas. Entre 65
mil y 70 mil a la semana. Nueve mil diarias, promedio. Es la tragedia
laboral del País”.
Pero
va más al fondo, Martín Moreno.
De
acuerdo con el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado —una fuente de
información permanente y confiable—, los 800 mil empleos perdidos pertenecen al
rango de ingresos superiores a los tres salarios mínimos.
Y
la otra cara de la moneda también desalienta: la generación de nuevas fuentes
laborales se observó en la franja de ingresos inferiores a esos tres sueldos
mínimos (60 pesos diarios en promedio, dependiendo de la zona económica).
Después
de perder a un hijo, nada más doloroso que perder el empleo. Los padres de
familia y mujeres que sostienen el hogar se abaten y se desvaloran, con los
bolsillos semivacíos y la alacena con unos cuantos productos. Es el rostro
doloroso y dramático de la economía: comer menos por falta de dinero. Lo que
para las empresas son “variables de ajuste”, para los ciudadanos es quedarse
sin empleo. Lo que para el gobierno son “estadísticas macroeconómicas”, para el
desempleado es angustia.
Ese
es otro —sí, otro más acumulado— de los pendientes del gobierno peñista: la
falta de empleos. Habrá que sacar cuentas si había 2.5 millones de
desempleados. Con estas 800 mil plazas perdidas, da pavor sumar los números de
la desesperanza.
La
cantaleta oficialista ya nos la sabemos: las reformas permitirán la creación de
empleos. De acuerdo. Pero algo se les olvida en las oficinas gubernamentales:
los mexicanos desempleados no pueden esperar a que las mentadas reformas
comiencen a dar frutos. El trabajo se necesita para hoy. El estómago no tiene
paciencia.
“No estoy pensando en una
visión cortoplacista porque eso limitaría verdaderamente mucho lo actual. No
estoy pensando siquiera en la siguiente elección o en la rentabilidad política
que de esto puede haber”, dijo Peña Nieto al referirse a
los resultados de la Reforma Energética en la entrevista concedida al diario El
País. Es decir: hasta 2018.
Pero
los desempleados requieren empleos ya, de manera urgente. Sí: al cortoplacismo.
¡Para hoy!
Resulta
indudable que las nuevas reglas fiscales castigaron a las empresas, frenaron la
productividad y desalentaron a la inversión. ¿Las consecuencias? Los despidos
de trabajadores.
Hoy
somos menos competitivos.
Sigamos
viendo el mundial.
México
salió del top-ten de los países que reciben mayor inversión extranjera directa (IED),
al descender del lugar nueve al 12 en el ranking de la firma global de
consultoría de negocios AT Kearney, al perder posición frente a Francia, que
cayó del 12 al 10. Nos desplazaron los franceses.
Sigamos
viendo el futbol.
Los
focos amarillos en la economía mexicana se prenden por todos lados.
A
finales de mayo, el Presidente del INEGI, Eduardo Sojo —Secretario de Economía
con Vicente Fox— aseguró que, aunque la economía nacional no está en recesión,
sí se encuentra en estancamiento. “Ése puede ser un adjetivo adecuado”, dijo
Sojo. ¡Que se lo digan a los desempleados!
Banxico
redujo, de manera inesperada, medio punto porcentual —a 3%— las tasas de
interés bancarias, esperando que el abaratamiento del crédito incentive la
demanda de financiamiento para la inversión.
Al
respecto, Alfredo Coutiño, Director para América Latina de la consultora
Moody’s Analytics, aseguró que detrás del sorpresivo ajuste de la tasa,
hay dos razones: una anemia económica más profunda, y mayor desajuste en las
cuentas fiscales.
“La política monetaria no ha
logrado revivir a la economía por la sencilla razón de que el padecimiento es
crónico-estructural y no coyuntural”, aseguró Coutiño.
Es decir: el asunto va mucho más allá de una simple ventisca financiera. El
problema es de fondo.
Y
desde Londres llegan más malas noticias.
La
prestigiada revista The Economist reporta que, en lo que va de 2014, México
cayó tres lugares en el índice Global de Seguridad Alimentaria, realizado por
el semanario y la empresa Du Pont (el índice mide y analiza los avances de 109
países en este rubro).
Es
decir: menor autosuficiencia de alimentos en el País.
800
mil empleos perdidos durante enero, febrero y marzo. Menor inversión extranjera
directa. Economía estancada. Alimentación a la baja.
¡Sigamos
viendo el futbol, qué caray!
El
lunes 9 de junio, Carlos Miranda de La Jornada, profundizaría lo reflexionado
por Martín Moreno.
Miranda
recuperaría que de enero de 2007 a marzo de este año se perdieron casi 3
millones de empleos que tenían ingresos superiores a tres salarios mínimos. En
cambio, se generaron casi 5 millones de plazas con percepciones inferiores a
ese nivel, lo cual resulta alarmante porque la precarización del trabajo incide
negativamente en la capacidad adquisitiva de la población y este ha sido el
principal factor por el cual el consumo no se consolida como fuente de
crecimiento económico, señala un análisis del Centro de Estudios Económicos del
Sector Privado (Ceesp).
De
acuerdo con el estudio, fundamentado en cifras del Instituto Nacional de
Estadística y Geografía (Inegi), en los pasados 7 años el número de mexicanos
que ganaban de tres a cinco salarios mínimos (es decir, alrededor de 6 mil 500
y 10 mil pesos al mes, si el cálculo se efectúa con base en el salario mínimo
general vigente a 2014, que es de 67.29 pesos diarios) disminuyó un millón 144
mil 338.
A
su vez, la cifra de quienes percibían más de cinco salarios mínimos (ingreso
superior a 10 mil 93.5 pesos al mes, tomando de referencia el sueldo mínimo
actual) cayó en un millón 793 mil 142.
La
suma de ambos números da un total de 2 millones 937 mil 480 mexicanos que
dejaron de tener dicho índice de ingresos.
En
cambio, de 2007 al primer trimestre de este año la cifra de personas que
recibían hasta un salario mínimo creció en 602 mil 531 personas; quienes ganan
más de uno y hasta dos mínimos se incrementó en 2 millones 149 mil 890
personas, y quienes perciben más de dos y hasta tres salarios mínimos subió un
millón 522 mil 324. En total, los mexicanos con ingresos menores a 3 minisalarios
se elevó 4 millones 921 mil 465.
La
precarización del empleo en México, que se acentuó durante la crisis económica
internacional de 2008-2009, resulta preocupante, pues el consumo privado no
podrá aumentar de manera sostenida e impulsar el producto interno bruto real
mientras los ingresos de la población mayoritaria no aumenten de manera
sostenida en términos reales, indica un reporte del Observatorio Económico de
México, de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
Agrega
que entre el primer trimestre de este año y el mismo periodo del año pasado los
ingresos de la población ocupada mostraron una contracción real de 2 por
ciento.
Esta
tendencia advierte que el mercado interno vive un proceso de estancamiento,
puntualiza el análisis del observatorio.
El
estudio del Ceesp subraya que sólo en los tres primeros meses de este año se
perdieron más de 800 mil empleos con ingresos superiores a tres salarios
mínimos, mientras la generación de empleo se dio en niveles de ingresos
inferiores.
La
posibilidad de que el poder adquisitivo se recupere es poca en tanto exista un
amplio porcentaje de la población que se contrate con ingresos cada vez más
bajos, toda vez que ello presiona los salarios a la baja.
Los
resultados trimestrales de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo del Inegi
durante el periodo enero-marzo de 2014 señalan que en el País hay 49.3 millones
de personas ocupadas, de las cuales 58.1 por ciento (28.6 millones de personas)
se encontraban en el sector informal, es decir, sin prestaciones de ley ni
seguridad social.
¡Pero
sigamos viendo el futbol!
Un
dato más:
La
tonelada de maíz se encareció 8.29 por ciento o 325 pesos al comenzar junio
respecto del precio que registró el último día de marzo, indican cifras de la
Agencia de Servicios a la Comercialización y Desarrollo de Mercados
Agropecuarios (Aserca), mientras que Inegi da a conocer también que las compras
al exterior de este grano básico, crecieron 60.9%. Esto es, no sólo se pierden
empleos o disminuye el poder adquisitivo, mientras vemos el mundial, sino
también baja la producción del maíz y ya consumimos más del 60 por ciento de
los excedentes de otras naciones.
Durante
el último año el principal grano básico del País, en su presentación de maíz
cribado, envasado y puesto en molino en la ciudad de México, mantuvo un precio
estable. Incluso después de llegar a un máximo de 4 mil 490 pesos en octubre,
desde ese mes inició una marcada tendencia a la baja, hasta llegar al mínimo de
3 mil 920 pesos por tonelada el 31 de marzo de este año.
A
partir de ahí, según los números y gráficas de Aserca, comenzó a subir. Para el
2 de junio la tonelada se vendió en promedio en 4 mil 245 pesos, precio similar
al reportado en el mismo mes de 2013. En abril subió a 3 mil 973 pesos, y en
mayo rebasó los 4 mil. Concluyó con un precio promedio de 4 mil 182.
De
acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), el maíz
registró una inflación de 2 por ciento de diciembre del año pasado a abril de
2014 (último mes contabilizado hasta el momento), lo cual implica que se ha
encarecido mensualmente a un ritmo de medio punto porcentual (0.50) este año.
En
tanto, las importaciones del grano se dispararon 60.9 por ciento durante el
primer trimestre de 2014 en comparación con igual periodo de 2013, según cifras
del Inegi.
En
total, México pagó 585 millones 429 mil dólares por maíz importado entre enero
y marzo pasados, en contraste con los 363 millones 837 mil dólares que
desembolsó en igual trimestre de 2013.
Tradicionalmente
el maíz ha sido el grano básico que concentra la mayor parte del monto de las
importaciones de cereales, pero en el periodo mencionado también creció su
proporción, ya que de representar 32 por ciento del total de cereales externos
subió a 58 por ciento.
En
contraste, durante marzo la producción nacional de la cosecha Otoño-Invierno
cayó 10.4 por ciento en términos anuales, pues se obtuvieron 165 mil 930
toneladas, cuando en igual mes del año pasado fueron 185 mil 292 toneladas.
Los
incrementos recientes en el precio y las importaciones del maíz, así como la
caída en la producción, no se han reflejado en la tortilla. El Inegi señala que
de diciembre a abril se abarató 0.2 por ciento, y en términos anuales hasta
0.56.
El
precio promedio a escala nacional de ese alimento se ubicó en 9.89 pesos en
supermercados y 12.40 pesos en tortillerías, pero en estas últimas se
comercializa a precios máximos que superan 17 pesos en Mexicali, 16 pesos
Chetumal y más de 15 en Cancún, Poza Rica y ciudades de Sonora. Aun así, se
trata de precios que desde el año pasado se han mantenido prácticamente igual
en los monitoreos del Sistema Nacional de Información e Integración de Mercados
y de la Procuraduría Federal del Consumidor.
No
obstante, en meses recientes la harina de maíz de Maseca y Minsa subió entre 5
y 6 por ciento, lo cual equivale a 50 o 60 centavos más por kilo. En abril se
vendían a 11.40 y 11.77 pesos, pero ahora los precios promedio son de 12.8 y
12.32 pesos, pero hay lugares donde se venden en 16 pesos.
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