Desastres en Cananea y en Magistral de El Oro, ponen al descubierto la voracidad de los empresarios dedicados a esta actividad
Durango, Dgo. (EL CONTRALOR).- Los dos hechos se reportaron por diferencia de
horas. El primero en la región de Cananea, Sonora; La contaminación provocada
por el derrame de más de 40 mil metros cúbicos de solución de ácido sulfúrico a
los ríos Sonora y Bacanuchi, de la empresa Buenavista del Cobre, propiedad de
Grupo México, se pretendió minimizar y echarle la culpa a la naturaleza. El
segundo caso fue en Durango; la presa de jales de la empresa Proyecto Magistral
derramó alrededor de 2 mil metros cúbicos de agua con cianuro al arroyo La
Cruz. Aquí, la población sólo reportó, además del daño ecológico, dos vacas
muertas.
Tuvieron que pasar más de 30 años
de explotación indiscriminada de las riquezas mineras del País y de Durango
para que nuestros representantes populares, que no los gobiernos estatales y el
federal, se percataran no sólo del daño denunciado años atrás a la ecología y
población de parte de investigadores, periodistas y líderes sociales, sino
también de la miseria económica en que las empresas explotadoras dejan a las
comunidades.